El FMI prevé que la “inflación promedio” en Argentina será este año del 43,7%, más alta que el año pasado que fue del 34%. Así figura en los últimos documentos del organismo sobre Argentina.
Para que se entienda, la inflación el año pasado terminó en diciembre en 47,6% anual, en el acumulado de los 12 meses previos. Pero como hasta mayo corría en el orden del 25% anual y el salto inflacionario tras la devaluación se desató con fuerza recién a partir de agosto/septiembre, mes a mes la inflación anual fue escalando; pero la inflación promedio del 2018 fue mucho menor: 34%.
Este año es al revés: la inflación empieza en niveles muy elevados y la expectativa del Gobierno y del FMI es que se desacelere en la segunda parte del año. Así, la inflación corre desde principios de año arriba del 50% anual (en el acumulado de los últimos 12 meses); en marzo ya estaba en 54,7%, en abril seguirá acelerándose para llegar casi al 56% y subirá otro escaloncito en mayo (aún con un número para ese mes inferior al 3%). Así que, aún en el mejor escenario, en el que desciende fuertemente a partir de junio igualmente la inflación promedio de todo el año será más elevada que en 2018.
El FMI dice casi 43,7%. Pero aún ese número, publicado el 9 de abril pasado, ya se queda corto y es inconsistente con la inflación del 30,5% que prevé el Fondo Monetario que termine en diciembre, en el acumulado anual. De hecho, hoy el Relevamiento de Expectativas de Mercados que realiza el Banco Central entre 50 consultoras privadas proyecta ya para diciembre una inflación del 40%.
El motivo es que cuando los técnicos del FMI elaboraron estas proyecciones, no se conocía todavía el 4,7% de inflación de marzo, ni por su puesto la inflación de abril. Suponiendo que la inflación en abril fue de 3,5% (como estiman ahora en los despachos oficiales) y que en mayo baje al 3% o algo menos, para alcanzar el 43,7% de inflación promedio en el año que prevé el FMI, los precios crecer apenas al 0,8% mensual promedio entre junio y diciembre. Y terminar en diciembre con una inflación de sólo 26%, acumulada en los últimos 12 meses (ver cuadro). Algo a esta altura imposible e inconsistente con la propia proyección de 30,5% del FMI para diciembre.
Dicho de otra forma, la inflación se aceleró tanto entre enero y mayo, que ahora todos pronósticos de desaceleración para la inflación anual quedan descolocados. Para tener una idea, si en abril se confirma el 3,5% de inflación, la inflación anual en abril (acumulada en los últimos 12 meses) será del 55,9%. Y con un 3% de inflación en mayo, la inflación anual ese mes llegaría al 57%.
Suponiendo que desde entonces se desacelerara al 2% mensual entre junio y diciembre, entonces la inflación en diciembre terminaría en casi 37% anual (acumulado 12 meses) y la inflación promedio del año llegaría al 48% (ver gráfico). Si la inflación en diciembre terminara en el acumulado anual en el 40%, como pronostica el REM, entonces la inflación promedio anual estaría en el orden del 50%.